Un gran bullicio en las antiguas calles de una ciudad centenaria. La gente se reúne y pasea disfrutando del lento atardecer en los días de verano. La brisa pasa fresca desde la orilla del mar, refresca y reconforta tras un largo día de calor.
Puedes descubrir este mundo si te envalentonas y dejas la comodidad del hogar. Te alejas del silencio del centro moderno y te mezclas en los murmullos de miles de conversaciones , en una terraza, en un bar, tomando un refrigerio, forjando amistades estivales…
No puedes saber lo que te pierdes sino abres los ojos, sino te olvidas de tus pesares o tus tareas…Puedes pasar por delante y no advertir la belleza a nuestro alrededor.
Pronto las luces de las farolas se encenderán, envolviendo el ambiente en un mágico lugar, cual luciérnagas. Luces flotantes para hablar bajo ellas, aislando/creando un mundo nuestro.
Noche fresca de verano, con paseos, luces y actividades. Magia natural.