No es fácil ser yo, aunque todo el mundo lo crea. Me acostumbré a ello y ahora aparento muchas cosas. Ya no reflejo lo que pienso o siento. No puedo hacerlo. No puedo permitirlo. Muchas cosas me rodean esperando ver mi flaqueza para vencerme, para derrotarme. Para regodearse en su victoria y recordarme que no soy perfecto. Ya lo sé, no existe la perfección. No es más que un reflejo distorsionado, no es real.
No es fácil ser yo. Dicen que soy sincero y claro, pero tengo y conozco muchos secretos. Secretos intuidos que conozco a medias y espero la sinceridad de terceros. Secretos piadosos que no quieren ningún mal. Pero todos pesan en mi conciencia. Aún así, sigo firme, aunque duela el día a día.
No es fácil ser yo cuando veo las discrepancias entre mis amigos, mis hermanos. Cuando veo los conflictos que hay entre ellos y me veo impotente al no ver cual debe ser mi posicionamiento, a quien debo apoyar. Y tengo que mantenerme diplomático y firme en mis palabras, en mis actos. Me duele no poder tomar partido en unos casos y en otros si.
No es fácil ser yo por poseer un poder que otros no tienen. Les resulta extraño y temeroso, acusando a quien lo posee de brujería. Lo respetan tanto como lo temen. En mi fuero interno soy consciente que este poder representa una responsabilidad muy grande que me afecta directamente a mi y a todos los que me rodean.
No es fácil ser yo. Tengo muchas responsabilidades que descansan sobre mis hombros. Mía es la tarea de entrenar a quién nos tiene que salvar. Le miró y se que algunas cosas se le escapan. Me miró y se que no estaba preparado para esta tarea. Me venía grande y aún hoy lo creo. Pero la palabra dada no se pude romper y, junto con ella, se me vienen encima otras responsabilidades importantes que no puedo ignorar. A medida que pasan los años, crecen y crecen.
No es fácil ser yo, cuando tengo que mantener la calma y la serenidad a pesar de estar rodeado de destrucción y muerte. Pero me repito que mantener el temple, es la única forma de salir de ese infierno. Aunque cuando duerma lejos de allí y a salvo, vuelven los recuerdos de esos aciagos momentos.
No es fácil ser yo, al contemplar a mi amigo, mi hermano y ver que le he fallado. Al oírle gritar que me odia y yo todavía le quiero. Al verle morir en una lenta agonía y decirme que ya no puedo tenderle la mano para salvarle. Ya no es mi hermano.
No es fácil ser yo mientras observo la tristeza que invade a mi amiga, matándola poco y privándole de la alegría de ser madre. Solo puedo estar con ella mientras exhala sus últimas palabras y llorar por su prematura muerte.
No es fácil ser yo, Obi-Wan Kenobi, Maestro Jedi.
(Inspirado en la canción It’s no easy to be me de David Gray)