Había llegado la noche y ella no volvía. Llevaba todo el día fuera, sin decir nada, sin avisar…Eso no era normal. Astrid no era esa clase de vikinga, siempre era responsable. Habría dicho algo si no podía ir, si pasaba el día fuera.
Algo malo le había sucedido, algo realmente malo. Ella era la mejor vikinga, la mejor guerrera y con su nadder mortífero y su hacha, nada podía detenerla.
Su preocupación iba en aumento a medida que la luz desaparecía. Debía replegar a los jinetes y salir a buscarla. Por ella iría al fin del mundo y más allá. Ella era su hermosa valkiria, la chica de la que estaba enamorado desde siempre, su Astrid.
Con la noche llegó la tormenta y los cinco jinetes la buscaban sin descanso, después de todo era su amiga. Llevaban casi cuatro años como jinetes y antes de eso eran ya una pandilla.
Se dispersaron, para cubrir más terreno, para encontrarla. Como siempre Hipo les lideraba a lomos de su furia nocturna. La tenía que encontrar. Sólo le quedaba buscar en aquel basto mar embravecido por la tormenta. Demasiado grande… La lluvia le mojaba la cara y ocultaba las lágrimas. No sabía lo que haría sin ella, cómo viviría…
Desdentado hacía su mejor esfuerzo. Era el mejor para buscarla. Y la encontró. Se estaba hundiendo en el mar. Sin dudarlo, se lanzó al mar, se hundió con ella y la sacó a flote subiéndola a su dragón.
Astrid estaba inconsciente y por un momento temió haber llegado demasiado tarde. Tarde para salvar a su valkiria, la mujer que amaba más que nada en el mundo. Tosió y habló. Le había estado esperando a él.
No pudo más que respirar aliviado y abrazarla. Su mundo, que por un instante se había detenido, volvía a moverse por ella, sólo por ella. Notó como el cansancio podía con la vikinga y la dejaba dormida entre sus brazos. En aquel momento, todo estaba bien.
Hiccup rescata a Astrid de ahogarse tras perder a Tormenta a manos de los cazadores de dragones.
Do.lobera 