Furia nocturna, hijo maldito del rayo y la misma muerte… ¿De verdad? ¿Realmente el libro estaba en lo cierto? Él lo había mirado, se habían mirado y pudo apreciar la inteligencia del dragón, llegó a conectar con su alma, un alma que era fiel reflejo de la suya. No eran tan diferentes.
Él era el hijo del jefe de Berk, debía ser el heredero de su padre aunque lo dudaba. El furia nocturna era un dragón, el enemigo natural de su tribu que noche tras noche saqueaban la aldea. Sin embargo, después de 300 años de guerra, el más temido de los dragones, aquel del que sólo se podía uno esconder y aquel al que debía darle caza y muerte, habían descubierto que entre ellos podía surgir una amistad.