Las estrellas brillaban sobre el oscuro cielo en toda su plenitud y en la tierra en el claro de un bello bosque, iluminando por farolillo, bailaban una decena de parejas. La luz que proyectaban los farolillos sumada a la danzante luz de pequeñas luciérnagas que acudían curiosas, dotaban al ambiente de una atmósfera mágica.
Los bailarines danzaban en círculos alrededor de una pareja central, la más bella y grácil. El largo vestido de ella brillaba con la luna, resplandeciendo todo blanco. Él, con un traje a conjunto, guiaba con delicadeza a su compañera.
Danzaban en círculos, mirándose a los ojos los cuales brillaban con el amor que se dan el uno al otro. Las estrellas resplandecen en ellos y solo existe para estar el uno junto al otro.
Pareja de amantes para la eternidad, se elevan en el cielo para continuar su baile y mostrarlo a la gran luna que rige el cielo. Las luciérnagas les acompañan, como pequeñas hadas mágicas, volando a su alrededor. Es un momento mágico, único, brillante de blanco.
Entre suaves acordes la melodía termina. Los bailarines detienen su danza y los enamorados descienden sin apartar la mirada de tan bellos ojos.
Do.lobera 