Erase una vez existía un planeta llamado Tierra. Era un mundo hermoso y lleno de vida, vida de todo tipo. Había seres que podían vivir en tierra firme, otros que podían vivir en el agua y otros tantos que se desplazaban por el aire. Era un mundo hermoso, en perfecto equilibrio, con sus más y sus menos. Y a cada pequeño cambio, el planeta se autoregulaba para dar cabida a todos los seres que en él vivían. En las raras ocasiones en que el planeta sufrió un cambio brusco, los seres vivos se adaptaban a las nuevas condiciones o desaparecían dejando paso a nuevas criaturas.
Era un planeta lleno de vida, en cambio constante, cambios lentos y pausados.
En un determinado momento, una de las nuevas criaturas que aparecieron sobre el planeta, llegaron para cambiar el mundo, para cambiar el delicado equilibrio y sustituirlo por un mundo más caótico.
Si, una vez el planeta Tierra fue un mundo hermoso, nadie lo destruía ni ensuciaba. Todas las criaturas eran amigas a pesar de sus diferencias y sus diferentes tipos de alimentación. El aire era fresco y sana y el agua era cristalina y pura.
Ahora está enferma, el aire ya no es fresco ni el agua es cristalina. Por doquier hay basura, extraña y aliena a todos los animales, a la naturaleza. Los animales ya no viven en paz, viven con miedo pues sus hogares son destruidos sin piedad y ellos perseguidos hasta la muerte.
La Tierra intenta luchar, intenta defenderse y sanarse. Para ello, la naturaleza descarga su furia sobre el planeta. Llueve torrencialmente y tiembla buscando quitarse de encima a los parásitos en que se han convertido las criaturas llamadas “humanos” que una vez acogió, que vio nacer y crecer sin sospechar cuánto daño la iban a infligir.
Busca volver a estar sana, a ser madre y protectora de vida. Quiere volver a lucir su vestido verde y azul con toques marrones y blancos, para ser la joya, el bello zafiro que envidien sus hermanos, sus compañeros que giran como ella en torno a su padre el sol, esa estrella incandescente de luz y calor que ha creado una familia de ocho planetas y otros tantos amigos en forma de lunas y asteroides. Porque ella, la Tierra, es la única que goza de vida.
Es tierra
es aire
es agua
es la vida en plenitud
es un planeta
es la Tierra.