El son de auxilio de Notre Dame

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Las campanas de Notre Dame se han hecho oír tronando en la ciudad.

Han avisado a todo París del incendio en sus entrañas.

Un fuego hambriento, voraz que pronto ha encontrado un lugar en tan bella catedral

para alimentar a cada una de sus hija, pequeñas chispas de ardiente fuego abrasador.

Notre Dame arde, y cae lentamente consumida por el fuego.

El son de las camapanas continua, la llamada de auxilio no cesa.

Toda la ciudad observa impotente el lento avance de los bomberos por aplacar esta furia desatada.

El fuego quiere ganar, quiere comer.

La vieja Notre Dame busca resistir, busca sobrevivir.

El techo cede, la alta aguja cae, pero la piedra aguanta con ayuda del agua de sus salvadores.

Agua, Notre Dame necesita de toda el agua posible para vencer esta lucha.

Cae la noche alumbrada por la luz que desprende la catedral al arder y por eso París no puede dormir.

Los bomberos siguen luchando incansables y muy lentamente al fuego hacen retroceder.

Las camapanas de Notre Dame siguen tronando, no sea que el fuego se alze una vez más.

El agua salvadora entra cada vez más en las entrañas de la quemada catedral ahogando al fuego.

El humo sustituye al fuego, un humo agónico condenado a desaparecer, a mezclarse en el aire y a convertirse en una pesadilla ya pasada.

Pero Notre Dame va a tardar en olvidar. Todo París va a tardar en olvidar cómo su catedral era pasto de las llamas.

Notre Dame ha dejado de hacer sonar sus campanas, pues ellas también están cansadas de gritar.

El día llega a una Notre Dame agotada, una Notre Dame gravemente herida y magullada, pero viva.

Si, la vieja catedral está viva, viva para el mañana, para continuar velando por las almas de todos los habitantes de París.

Sus miles de ojos cansados seguirán siendo testigos del ir y venir de todos los visitantes, de todos los habitantes de la bella París.

Hoy Notre Dame puede descansar, se lo merece por luchar, por aguantar, por sobrevivir.

Mañana volverá a despertar y a ser el faro de esperanza que todos en París buscan en cada nuevo día.


Relato tributo a la catedral de Notre Dame tras el incendio del pasado 15 de abril de 2019. Me he permitido tomar licencias poéticas para hacer este relato más hermoso.

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