El tiempo pasa sin tregua, ni piedad. No tiene en cuenta los sentimientos ni los recuerdos. Los guarda todos juntos en un banco de niebla perpetua, sin entrada ni salida. Mezclados. No se puede saber dónde empieza uno y donde termina. Son recuerdos difusos y extraños, y cuando los encuentras descubres que, no sabes si alguna vez fueron reales o tan solo una ilusión…