
Dulce y hermoso debiera presentarse el amor, con románticas veladas bajo la luz de la luna o de unas titilantes velas que se consumen lentamente dejando caer lágrimas de cera que quedan para el recuerdo, como testigos silenciosos y ardientes del amor más puro y brillante que pueda existir.
Debe brillar a través de del espacio, como la luz eterna de las estrellas sobre el firmamento y no apagarse por más tormentas que la intenten apagar.
Amor perfecto,
ideal, puro e inmaculado, es difícil de encontrar pero en algún lugar se
esconde igual que nosotros, a la espera, larga o corta se terminará si se
buscas bien bajo cada cueva y roca por pequeña que sea.