La chica observa como las llamas devoran la cabaña en la que acababa de ver entrar a aquel joven que su corazón se había propuesto olvidar. Pero qué fuerza tiene el olvido frente al amor verdadera. Qué poder existe en el mundo capaz de olvidar a albatros. No hay ninguno capaz de borrar ese amor, esa pasión…
Por unos interminables minutos, ella sufre y se arrepiente de su indiferencia. Vuelve a recordar todo su amor oculto tras paredes de arcilla que el fuego consume con celeridad. Más cuando lo ve salir ileso, todo su ser se tranquiliza y se alegra. Llora de nuevo lágrimas de amor tras un tiempo de sequía. Él está a salvo y su corazón con él, empieza a volver a latir.