Todo llega a quien espera, aunque jamás pensase que llegaría tras la larga espera padecida. Todo llega. Si encontré trabajo, también alcanzaré el amor, el éxito, la vida deseada… Todo llega a quien espera y en ello soy una maestra.
La abundancia se llama, lo mismo que la nada y ambas pueden tornarse con un simple acto de voluntad, de valentía o flaqueza. Y es que en todo momento se espera algo. Siempre. La vida es una constante espera de eventos venideros y solo la gran paciencia puede hacernos llevadera la espera hasta el momento que llegue y empiece de nuevo el vicioso círculo. Una espera, una llegada, una espera nueva…