Filosofando sobre la muerte

¿Qué es la vida y qué es la muerte? La pregunta está mal formulada. Esta debería ser ¿Para que vivimos? Y con ello podríamos responder de igual y válida manera a la primera.

A esta segunda pregunta, saldrían infinidad de respuestas:

“Vivimos para morir/para disfrutar de los placeres de la vida porque esta es muy corta/ para equivocarnos/ para trabajar como esclavos mientras unos pocos disfrutan de la vida/…”

Son tantas que no sabría cuando parar si me lo propusiera. Pero la verdad es que no me lo he propuesto y solo trato de ilustrar aquello que piensan otros. Puedes escribir tu propia respuesta y seguir leyendo. Seguro que estás esperando oír mi respuesta.

Yo creo que hay algo más después de la muerte, aunque puede que no sea algo tan claro como el cielo y el infierno de la religión cristiana. Estoy segura que se trata de algo más complejo. Porque el mundo no se divide únicamente en bien y mal. Porque estos términos son relativos y dependen de la cultura y la religión que uno provenga.

Una vez dicho esto, para mí la vida que ahora tenemos, es una prueba para juzgarnos y para que, después de la muerte, una entidad o entidades superiores decidan qué hacer con nosotros o simplemente pasemos al otro lado con más o menos restricciones.

Escondidos entre nosotros, o dentro nuestro, hay alguien que nos observa siempre. Atento a nuestros actos. No podemos esperar identificarlos porque puede que no sean conscientes, es lo que más pienso.

Para algunos será una dura prueba, casi cruel y carente de sentido, llena de sufrimientos y pesares. Pero si no los viviéramos, no nos completaríamos como personas. No alcanzaríamos nuestra plenitud y madurez.

Y si alguien apenas ha vivido, seguro que hay un lugar para él y todos sus semejantes. Espíritus jóvenes que apenas llegaron a vislumbrar el mundo. Porque me niego a creer que no haya piedad para ellos.

Y con la muerte nos reencontraremos con los viejos amigos y familiares, notando apenas la ausencia de los vivos. Porque te lleva a un lugar donde no existen las penas o el dolor. No es un lugar para llorar por lo perdido. No. Es un lugar en el que hallar la paz y la tranquilidad.

Creo en la vida después de la muerte. Una nueva y apacible vida.

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