La vieja torre estaba en ruinas desde hacía años, pero desde hacía unos pocos se escuchaban unos ruidos horribles y monstruosos. Los habitantes del pueblo temían que un demonio hubiera ido a vivir ahí. En realidad, no eran más que Tommy, el hijo del herrero, y Oscura, la hija de la dragona protectora del valle, que jugaban y entrenaban. Ambos soñaban con ser jinetes de dragones y protectores del valle.
Escrito para el reto de “Escribir jugando” del blog de Lídia correspondiente a la propuesta del mes de julio.
Hola de nuevo, Dolobera. Has construido un microrrelato en forma de historia épica, con tintes de leyendas de fantasía en la que seres fantásticos se dan cita con humanos. En este caso con un tierno toque infantil. Muy tierno. Muchas gracias por participar en el reto. Un abrazo grande y hasta pronto 😀
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