Dicen que si alguien que amas muere, nunca se va del todo, siempre queda algo de esa persona nuestro corazón. Lo que pasa, que la buscamos con la vista no la vemos, porque confiamos demasiado en nuestros ojos. Pero si aprendemos a oír, si escuchamos con atención, la oiremos dándonos ánimos, reconfortando nuestros corazones…
Además, en el mundo al que van las almas, ellas están atentas por nosotros, atentas y esperándonos para tomarnos de la mano, para ayudarnos… Se convierten en ángeles guardianes, en nuestros ángeles guardianes que velan por nosotros.
Aprende oír, a sentir y nadie nunca morirá del todo.
