Caer está permitido, levantarse es una obligación para alcanzar el cielo y los sueños que en el morán. Y quién sabe si, tal vez, encuentres ese sueño perdido que ya no recordabas o dejaste caer al crecer.
Pues caer no es tan malo, más allá del suelo no pasarás. Pero es cuando te alzas hacia el cielo y sigues tus sueños, que encuentras tu meta, tu destino.
Es en el cielo que las alas podrás abrir y batir y batir para volar hasta el sol, hasta la luna, para convertirte en una estrella con luz propia que alumbre las noches oscuras.
Si algún día te vuelves a caer, solo tendrás que levantarse. El camino ya lo conoces, tus alas también lo saben y, tal vez, en esta nueva ocasión, cambié de camino y alcances un nuevo cielo en el que no se caerá, donde sus sueños puedan hacerse finalmente realidad.
