Vi un atardecer que creaba un cielo azul y rosa pastel y que al acercarse al sol caído se volvía de un naranja brillante último remalzo de los rayos del astro rey.
Vi ese cielo y me maravillé con sus colores. Quién como el cielo pudiese combinar sus tonos de forma tan bella como él. Tal vez, solo el agua del mar, espejo natural que refleja el cielo, puede imitar y engrandecer, con el dulce vaivén de las olas, los colores del cielo sobre su superficie.