
Las estrellas nunca se equivocan. Si sabes leerlas, tendrás en tus manos el saber del universo. Pero son juguetonas y únicamente nos mostraran nuestro futuro jugando con él, cubriendo parte del devenir.
Una chica sube al tejado de su casa y busca su destino. Las estrellas brillan pero una destaca para ella entre las demás y le muestra sobre su brillo, el rostro de un joven de ojos grises y pelo oscuro. Luce una gran sonrisa llena de picardía. Desde ese preciso instante la joven sabe que su destino está con él. Algún día se cruzará en su camino y estarán por siempre juntos.