La cometa del cielo

Cielo claro y un poco de viento, es el día perfecto para ir a volar su cometa. Annie se levanta contenta, corriendo a su armario para coger su cometa. Ve el hilo y, debajo de unas cajas está la preciada tela azul marino con estrellas, simulando ser un pedazo de cielo.

Sale corriendo al parque para hacerla volar. Allí ya están Tomás con su cometa a rayas, Carla y Carlos con su cometa doble de carpa y, por supuesto, está Isabel con su cometa rosa. Todos se encuentran ya volando sus cometas en el inmenso cielo en una preciosa danza. Annie sujeta firmemente la cuerda de la cometa y corre en la dirección del viento hasta que la suelta y empieza a volar en el aire. Las demás cometas acuden a saludarla antes de que se una a su danza aérea.

Annie adora hacer volar su cometa, sobre todo si sus amigos también lo hacen. Le gusta precisamente porque vuela, porque tiene las alas que a ella le faltan. Cuando saca a volarla, imagina que es ella la que surca los cielos mientras observa el mundo diminuto allá lejos, en la tierra. Una tierra en la que todos los humanos están anclados.

Annie suelta más y más cuerda, intentando que su cometa alcance las nubes. Entonces el sedal se le corta y, aunque en un principio piensa que la cometa va a caer cerca, empieza a soplar un fuerte viento que se la lleva lejos, hasta las nubes. Los demás niños habían querido ir tras ella, pero tienen problemas con sus propias cometas.

Así, Annie pierde su preciosa cometa y sólo le queda el consuelo de que se ha convertido en una con el cielo.

#DíaInternacionaldelaCometa.