Erase una vez, existía un pantano mágico en el cual todos los animales que vivían en él podían hablar. Eran seres inteligentes que gobernaban el pantano de forma justa, sin dejar entrar al ser humano, pues lo consideraban una gran amenaza para su hogar.
Un día, llegó a su pantano un bebé. Como era tan pequeño no lo consideraron una amenaza. Lo cuidaron entre todos y el niño creció feliz en el pantano. Pero a medida que crecía algo cambió en él.
Siempre había sido igual que el resto de los humanos, sin embargo el niño, a medida que pasaba el tiempo, iba adoptando más y más características de los animales. Al principio fue solo el comportamientos, pero pronto empezó la transformación. Le crecieron las orejas, le salió más y más pelo e incluso le salió una cola. Un día, cuando fueron a verle, se encontraron con que en lugar del pequeño, había un lobezno. Enseguida se dieron cuenta que niño y lobezno eran el mismo y se quedaron igualmente extrañados.
Intentaron buscar una cura que revirtiera aquella transformación pero era imposible. Lo que la magia había creado, ya no podía ser deshecho. Tras hablarlo en su comité, decidieron que era lo mejor, pues ahora él también era un animal, igual que todos, sin discriminación, sin favoritismos…
Y de esta manera, el pantano siguió siendo de los animales, sin que ningún humano pudiese entrar en él.
Do.lobera 