
El guardia se encontraba exhausto tras acudir caminando el largo trayecto hasta el castillo . Ese día se celebraba una reunión de guardias del reino y debía acudir. Sin embargo, estaba tan cansado… A su llegada al castillo, fue a ver a la bruja que vivía en él para ver si le podía dar algo para quitarse el cansancio. Como buena bruja, esta tenía la poción perfecta para ello y se la dio por unas pocas monedas.
No obstante, mientras salía vio una poción que ponía “Para hacer hablar cualquier cosa”. .Entonces tuvo una idea estupenda. Aprovechando que la bruja estaba distraída, cogió la botella y se la llevó consigo. Ya en su habitación vertió un poco de la poción en su armadura que empezó a hablar como él. Perfecto. Él se quedaría descansando mientras la armadura acudía a la reunión. Debió haberlo pensado antes.
Así, cuando llegó la hora de la reunión, su armadura acudió por él. En ella, aprendió muchas cosas y comentó otras tantas muy interesantes. Todos estaban sorprendidos por ver a ese guardia tan comunicativo pues siempre tendía a holgazanear y se quedaba sin hablar.
La armadura estaba muy orgullosa de los elogios que recibía. No quería volver a estar inanimado y sin poder hablar. Cuando llegó de nuevo a la habitación, vio como el guardia seguía dormido. Tomó una decisión. Cogió las pociones y cerró la puerta con llave. El guardia seguiría durmiendo y él tomaría su puesto.
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