El pequeño mago

El pequeño mago - by Do.lobera

Hace muy poco tiempo, en un lugar muy cercano, los papás y las mamás se vieron obligados a pasar mucho tiempo en casa, sin poder salir a la calle a jugar o pasear, sin poder ir a visitar a los abuelitos o a los primos. Eran tiempos muy aburridos, donde los niños se pasaban todo el día en casa y donde hasta los juguetes les aburrían…

Entonces, uno de esos muchos papás y mamás tuvieron una idea genial. Esa misma noche y mientras su pequeño estaba durmiendo, cambiaron por completo la decoración de la casa y crearon también nueva ropa para usar. Y es que juntos los dos, papá y mamá, podían hacer cualquier cosa.

Al día siguiente cuando el pequeño despertó, encontró que su cuarto se había convertido en un castillo. Pero no era un castillo cualquiera, el castillo de Hogwarts, donde se impartían clases de magia y hechicería… Lo  veía por la decoración y por las túnicas que tenía al pie de la cama con los colores de su casa, Gryffindor, rojo y amarillo.Se levantó corriendo y se fue corriendo a saludar a sus padres y a desayunar. Cuando salió, se dio cuenta de que toda la casa era ese castillo mágico. Cuando vio a sus padres, ellos también llevaban largas túnicas y sombreros puntiagudos. El pequeño estaba feliz.

Durante los siguientes días, el pequeño se preparó para estudiar magia, ayudado por sus padres-profesores. Así, por la mañana practicaba su destreza con la escoba y estudiaba historia de la magia. Hacía el mediodía, tenía clases de pociones que luego degustaba. Todo salía muy bueno. Luego, por la tarde estudiaba transformaciones, algunos días tocaba la transformación de los números y otros la de los papeles. Sin duda, la última era más divertida, pues era mucho más creativa con sus dibujos y tarjetas… Los encantamientos llegaban a media tarde y era increíble cómo aparecían pequeñas personas en una caja o cómo sonaba la música sin que hubiera ningún instrumento. Al caer la noche, debía acudir a clase de herbología, cuidando las rosas y otras plantas que tenían… Ya de noche, y antes de irse a dormir, observaba las estrellas del cielo y aprendía de ellas…

Era muy divertido estudiar así, como una auténtico mago, como el auténtico mago que era y que sus padres le habían ocultado para que fuese un perfecto muggle, pero ya no tenía sentido.

Pasaron dos meses y finalmente el malvado mago que les había obligado a permanecer encerrados desapareció. todos pudieron volver a salir. Podían volver al parque a jugar, podían volver a visitar a los abuelitos…

La casa del pequeño volvió a ser la misma de siempre, y él volvió a ser un muggle sin magia… Por una parte estaba feliz de haber recuperado su vida, pero añoraba la magia. Añoraba esa magia que habían creado sus padres para él. Ellos eran los mejores. Y aunque no volviese aquella magia, sabía que mientras ellos estuvieran con él, esta siempre volvería si realmente la volvía a necesitar. Porque la magia reside en las personas si ellas creen en ella y la hacen aparecer.

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