
La felicidad es esa palabra que todos conocemos pero nos cuesta alcanzar demasiados ensimismados en nuestras rutinas. La anhelamos, la soñamos y nos deprimimos si no la alcanzamos. Pero la felicidad no son solo los grandes éxitos, los premios y los reconocimientos. La felicidad es mucho más que eso, es disfrutar de los pequeños placeres diarios, de los pequeños descubrimientos que hacemos, una sonrisa, un abrazo…
Ahora, y en realidad en cualquier tiempo, en tiempos de pandemia nos hemos visto privados de tantas cosas que parece que no hemos de volver a ser felices. Pero nada está más lejos de la realidad. Ahora podemos emprender ese proyecto que tanta ilusión nos hacía, escribir un libro, plantar un árbol… Lo de los niños lo dejamos si eso pero si alguien se anima y le hace feliz, adelante que de ser felices se trata, sin abusar de según qué cosas.
Por eso, este año, tras un año de quedarnos en casa, más que nunca debemos celebrar y pensar en la felicidad, en celebrar este día – Día internacional de la felicidad. Salgamos y hagamos algo que nos divierta y nos haga felices, creo que lo mejor es aprovechar que hoy empieza la primavera para pasear por el campo y ver cómo se va alejando el invierno dando paso a la primavera. Aunque donde vivo este fin de semana la primavera parece que llegará con retraso, pero no pasa nada, la lluvia también es símbolo de primavera, aunque guste menos que un buen día de sol.
Y después de hablar un poco de la felicidad alguien se pregunta por qué motivo se celebra o de donde surgió la idea, viene directamente desde el Reino de Bután, cuyo rey decidió que su política interior se basada en la felicidad de sus súbditos para lo que creó el concepto de “Felicidad Nacional Bruta (FNB)”. Parece sacado de un cuento. Años más tarde propuso a la ONU establecer un día en el que conmemorar la importancia de la felicidad en el mundo. Por ello, aprovechemos este día y seamos felices, recordando que de hecho todos los días tenemos este derecho y podemos seguir celebrándolo.
#DiaInternacionaldelaFelicidad
Recuerdo que cuando acudía a trabajar, antes de la pandemia, por el camino siempre descubría algo que me hacía sonreír, aunque lo tenía fácil al trabajar cerca del campo, con su precioso paseo arbolado… Pero también recuerdo que apenas tenía tiempo para escribir, mi auténtica pasión. Ahora, que tengo tiempo he podido terminar una primera parte de mi novela, escribir unos cuantos cuentos e incluso he logrado aparecer en dos antología y estoy pendiente de una tercera. Eso me llena de orgullo y alegría. Y apenas me lo propuse, de hecho me enteré de que aparecía en uno meses después… que cabeza la mía.
No se si decir que soy feliz, pero al menos más relajada si que estoy y para mi, que soy un nervio es un auténtico paso adelante. Pero voy a hacer todo lo posible para volver a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Porque yo quiero ser feliz.