
El anciano rey todavía veía a su pasado pasar ante él, a pesar de su ceguera… Recordaba, sobre todo, una persecución que lideró por toda la ciudad. Perseguían a un peligroso criminal. Iban puerta por puerta, registrando cada una de las casas hasta que, al llegar a la mansión de su prometida, descubrieron que se había atrincherado ahí, reteniendo a toda la familia y la servidumbre.
Tras unas horas muy tensas, lograron capturarle sin sufrir demasiadas bajas. Cuando vió a su prometida y vió sus ojos llenos de temor, te he prometido que no la dejaría pasar por lo mismo otra vez. Ese día, la invitó a ella y a su familia al castillo donde vivieron juntos hasta el día en que ella murió hacía ya unos años. Murió y él ya no podría verla, en sus recuerdos seguía viva…
Recordando aquel secuestro, agradeció haber llegado a tiempo para salvarla y haber vivido una larga vida juntos.
Cerró los ojos sin vida para abrirlos en sus recuerdos donde, ahora, solo podía vivir.