
Son 2 niños muy guapos, van vestidos de blanco para celebrar su cumpleaños. Ella le saluda con una pequeña y graciosa reverencia mientras él le ofrece un sencillo ramito de flores lila que acaba de recoger. Ella lo toma entre sus manos, lo huele y sonríe. Se toman de la mano y van a su fiesta. Todos les miran mientras piensan que no hay una parejita tan dulce y tierna como esos 2 niños.

Sale de su casa para ir a ver a su amigo. Lo encuentra mirando el agua de la fuente. Se acerca por detrás sigilosamente. Quiere sorprenderlo. Cuando llega hasta él le da un beso en la mejilla. Él se sonroja, se aparta y sale corriendo. Ella solo ríe con su inocencia de niña y se sienta en la fuente a contemplar el agua como momentos antes estaba haciendo su querido amigo.