
La princesa, su tía y los cacahuetes de nochevieja
La princesa se encontraba lejos de su hogar. Había acudido al reino vecino a visitar a su anciana tía en las vísperas de fiestas. Su intención era volver a casa antes de Navidad, pero las intensas nevadas la retenían sin remedio en un país que no era el suyo, y en un castillo extraño. Ya nada la distraía, ni siquiera las horas que pasaba con su tía, al calor de un gran fuego que nunca se apagaba.
Solo podía soñar con su hogar, con sus padres y en su amado, ese por el que la habían enviado tan lejos. Debía olvidarle, debía ser una buena princesa que se casara por deber y no por amor. Su corazón estaba roto, y cada día lejos de su hogar se rompía más. En unas horas llegaría el año nuevo, esperaba que cambiase su vida, todos decían que con el nuevo año una vida nueva comienza, pero aunque lo esperase, no creía que fuera cierto.
Se encontraba con su tía, pendiente de que el reloj marcase las 12. Tenían sus cacahuetes a mano, 12 en total, uno por cada campanada. El reloj empezó a sonar, y empezaron a comer los cacahuetes, uno, dos, tres… al llegar al seis se dieron cuenta de que iban con retraso, y al llegar a la doceava campanada todavía les faltaban 3 cacahuetes por comer. Estaban intentando comer los que les faltaba cuando entró un joven a poner más leña al fuego.
La princesa se sorprendió mucho al verle pues se trataba de su amado. Corrió a besarle olvidándose de su tía y de los cacahuetes, ya no los necesitaba. Su tía al verles también dejó de comer los cacahuetes y les pidió que se acercasen. La princesa temía que informase a sus padres pero su tía tenía otro plan.
Les mandó a una pequeña casita en el pantano donde nadie les encontraría y a los padres de ella les dijo que la princesa se había atragantado con los cacahuetes. Y es que la anciana señora quiso ayudar a su sobrina a ser feliz, pues ella una vez también estuvo enamorada y por imposiciones de sus padres fue muy infeliz. Ahora que la historia se repetía dio una oportunidad a su sobrina de tener una vida propia.
La gente tenía razón, al empezar el año nueva una nueva vida dio comienzo para la princesa y su enamorado.
#FelizAñoNuevo