
Chai y el otro gato
Los gatitos siempre tienen mil anécdotas que contar y la pequeña Chai no es la excepción. Todo sucedió durante una soleada mañana cuando Chai había salido a pasear por la casa, como siempre hacía la levantarse de sus siestas. Entró en una de las habitaciones y se puso a husmear un nuevo elemento. Primero lo miró por la parte de atrás que parecía estar en orden, pero cuando fue a mirarlo por delante vio que la habían traicionado.
Allí había otro gato que parecía dispuesto a arrebatarle su reino. No lo iba a permitir. Levantó una pata para arañarle, pero el otro gato se defendió con la misma pata. Lo volvió a intentar con la otra con idéntico resultado. Probó con las dos pero no había forma de alcanzarle. Era un gato muy listo. Se fue hacía atrás y le atacó con fuerza para estamparse contra una pared invisible. ¿Qué magia oscura había allí?
Chai se estaba empezando a poner nerviosa por no poder proteger su territorio de aquel intruso. Se puso a pasearse delante suyo sin quitarle la vista de encima. El otro hizo lo mismo, aparte de ser un intruso era un copión.
Sintió que su humana estaba llegando y la cogió en brazos entre risas mientras le decía cosas y señalaba al espejo. Allí, también estaba su humana, no lo entendía. Pero se calmó mucho al estar entre sus brazos. Oyó que le ponían comida y se fue a comer, para después echarse otra siesta. Ya volvería a investigar esa cosa nueva en otro momento.
#diainternacionaldelgato