
Cuento de las estrellas
De las estrellas luminosas que brillan en el cielo nocturno se dice que son grandes bolas luminiscentes a años luz de distancia, pero la realidad es muy diferente. Lo que realmente son os lo relató a continuación.
Hace mucho tiempo, el sistema solar estaba lleno de ríos de fino polvo plateado, por ellos navegaban barcas solares que transportaban a las personas entre los planetas porque, por entonces, todos los planetas albergaban vida. Como la luz del Sol no bastaba para ver y sortear los miles de millones de asteroides que había por todo el sistema, se instalaron una serie de faros que mostrarían el camino a seguir. Eran faros mágicos que contenían una pequeña llama del Sol. Mientras éste seguirá brillando, los faros seguirán iluminando el camino entre los ríos y asteroides.
La vida transcurría feliz y apacible en el sistema solar, pero como intuirás, algo cambió por completo.
En la Tierra, una joven llamada Pandora, abrió una caja mágica que contenía todos los males y virtudes del mundo. Costó mucho volverla a cerrar pero el daño ya estaba hecho. Poco a poco todos los planetas, salvo la Tierra, se fueron volviendo inhóspitos y carentes de vida. Los ríos de polvo plateado se secaron por completo y la vida quedó relegada a la tierra. Sus habitantes, con el tiempo, olvidaron la época gloriosa del sistema solar y a los reductos quedaron de ella, los faros, los empezaron a llamar estrellas, a considerarlos iguales al sol…
Y esta, amigos, es la verdad que se esconde tras las estrellas. Si algún día tenéis la oportunidad de viajar más allá de nuestro planeta coma y cada vez es más probable, comprobaréis que mi historia es real como el boli azul que la ha escrito.
Relato para celebrar el día de la astronomía.
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