
Elión había heredado de su abuelo una misteriosa piedra de malaquita con una extraña instrucción, devolverla a su legítimo dueño. En la nota se indicaban las coordenadas.
Unos días después, se subió al coche donde indicó la dirección en el GPS. Cuando le llevó hasta el gran bosque, pensó que se había equivocado. El coche dejó de funcionar mientras una neblina le envolvía.
Salió a ver qué pasaba cuando un gran ciervo se le apareció. Olió sus bolsillos y desapareció llevándose consigo la niebla.
Elión apareció en un camino al principio del bosque y ya no tenía la malaquita.

Escrito para el espacio de “Escribir jugando” del blog de Lídia correspondiente a la propuesta del mes de junio
Muy chulo, Do. Lleno de aventuras, misterio y fantasía. Buen trabajo. Muchas gracias por tu aporte al desafío de este mes. Un abrazo.
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Hola Lídia, este mes estuve más inspirada y eso que estaba más estresada. Muchas gracias a ti por la oportunidad de participar en el reto
Saludos
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Estupendo microrrelato, me gustó mucho, aprovéchate bien los elementos. Saludos
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Muchas gracias. Siempre intento hacer lo que puedo. Menos mal que tuve algo de inspiración. Saludos
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Los GPS rompen un poco la magia de los micros. Pero hay que reconocer que reducen considerablemente el tiempo de búsqueda. 🙂
Besitos 😘
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Es que también hay que adaptarse a los tiempos modernos 😂. Besos😘
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Hay toda una historia ahí que queda oculta, ¿quizás para otro micro? Muy sugerente. Saludos.
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Hola Ana, es que 100 palabras deja mucho en el tintero. No me había planteado escribir otro micro similar a este. Pero me lo pensaré 😊
Saludos,
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