
La música me mece, me calma y me ayuda a concentrarme. Con cada nota me lleva a un mundo imaginario completamente mío. Cierro los ojos y sus notas me acunan, cual luna creciente. El boli en mi mano traza suaves líneas al compás del ritmo, creando dibujos abstractos que nunca más se han de repetir.
La música es magia pura que está ahí con nosotros desde siempre, es el único arte que no es exclusivo del ser humano pues hasta la naturaleza la puede crear. El fluir del agua, el canto del pájaro, el murmullo del viento entre los árboles… Qué hermosa armonía de sonidos que inspiraron una vez a nuestros antepasados…
Un mundo sin música no sería un mundo vivo, estaría muerto y frío. Y así yo me siento cuando no hay una canción a mi alrededor, el sonido del agua caer, o un pájaro trinar. Dadme música y dadme vida, dadme paz y tranquilidad para afrontar un mundo que no siempre es amable.