
No llueve por que la gente ya no canta las viejas canciones de invocación a la lluvia. Los poderosos hechizos han sido olvidados y se espera que llueva a base de asfalto, ladrillos y coches.
Las nubes huyen de la abominación humana que ha olvidado la magia de su canción de lluvia y corren presurosas al mar, donde las sirenas todavía recuerdan su hechizo. Entre olas y música las nubes se sienten bienvenidas y allí empiezan a soltar su preciada agua.
Si lo humanos queremos que en tierra firme vuelva a llover con ganas, solo hay que recordar el conjuro escondido en la canción que años atrás todos aprendimos y cantamos con ahinco.
Que llueva, que llueva La Virgen de la Cueva Que llueva, que llueva La Virgen de la Cueva Los pajaritos cantan, Las nubes se levantan. ¡Que sí, que no, que caiga un chaparrón con azúcar y limón! ¡Qué rompa los cristales de la estación!
Buenas tardes, Dolores.
Precioso micro que me trajo muchos recuerdos de cuando era niño y cantaba esa canción pisando charcos. 🤗😊
Ahora, al cantarla, tendría que cambiarle el final:
¡Que sí, que no,
que caiga un chaparrón
sin azúcar y con turrón!
¡Y como me resfrío, qué no me moje yo!
😅😂
Saludos
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Buenas tardes JascNet, si es un relato con tintes de añoranza. Me gusta el final, navideño y saludable…
Saludos
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