El secreto del flautista – parte 1

Cuentos - microrelatos

Micaela acababa de volver de su viaje a Hamelin y llegaba con 10 libros diferentes acerca del famoso flautista, algunos era simplemente cuentos, otros eran elaborados escritos acerca de las diferentes teorías sobre el músico y  otros simplemente era libros de música con las partituras que, según se dice, tocaba. También llegaba cargada con CDs de música de las canciones típicas de la ciudad todas tocadas con una flauta. Todo este material se sumaba a la basta colección que tenía sobre el flautista.

Desde hacía años, Micaela estaba obsesionada con descubrir la famosos e hipnótica melodía que tocó para sacar a las ratas de la ciudad y después para secuestrar a los niños. Siempre había destacado en magia musical y el cuento del flautista era su gran obsesión, su mayor incentivo para estudiar esa rama de la magia. Quería reproducirla y mostrarla al mundo, quería ser recordada por haber sido capaz de desvelar el gran misterio de la música del flautista.

Como hacía siempre que adquiría nuevo material, se encerró en su estudio para estudiarlo y sacar conclusiones. Miró con detenimiento las notas, la escala… Escuchó día y noche las melodías de Hamelín sin resultado. Solo le quedaban los libros. Abrió uno por uno los antiguos ejemplares del cuento y registros de la llegada del flautista y fue entonces cuando vio en aquellas copias de libros antiguos que vio el origen de la magia del flautista. No era la música si no la flauta lo que hipnotizó a las ratas y a los niños. Se trataba de la vieja flauta de Gründael, un famoso músico y mejor hipnótico de la edad media. Gründael creó una flauta mágica con la que manipuló durante años a los grandes reyes y príncipes para sus propios propósitos. A su muerte, la flauta desapareció y nunca nadie más la volvió a ver, hasta que cierto flautista dio con ella.


Era un gran hallazgo que trastocaría las bases de la magia musical, sin embargo, ¿dónde se hallaba esa flauta? El flautista y su flauta no volvieron a ser vistos igual que los niños a los que secuestró. Micaela debería empezar de nuevo con su investigación y posiblemente debería volver a Hamelín.


Continuará

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