
La madre Naturaleza descansaba en su paraíso de las estaciones, rodeada de todos los animales y plantas que alguna vez habían poblado la tierra, extintos o no. Ella y las ninfas les cuidaban, protegiéndoles, dándoles a cada uno un entorno donde vivir tranquilamente. Desde que habían conectado el contestador automático vivían mucho más tranquilas.
Todo quedaba registrado en las grabaciones. Y era increíble la cantidad de quejas que les llegaban. Los humanos nunca sabían lo que querían. A menudo recibían peticiones para cambiar el tiempo con multitud de firmas que jamás llegaran al mínimo que solicitaban. Si no se ponían de acuerdo entre ellos, si no luchaban para mejorar, ella no podía hacer nada. Lo sentía mucho por los otros seres vivos que vivían en el planeta, pero no podía hacer nada si los humanos no cambiaban era difícil que les pudiera ayudar.
De momento, lo único que podía hacer era intentar reformular el tiempo en un vano intento de volver al equilibrio natural del planeta. Pero antes del equilibrio, de la calma, debía crear cierto caos que erradicase los elementos nocivos…
Recordó un anuncio que había publicado el planeta Tierra hacía un tiempo, durante esa terrible pandemia mundial:
Planeta Tierra busca asteroide loco y con tendencias suicidas para hacer de meteorito e impactar con dicho planeta.
Tamaño: Todavía no está definido.
Motivo: Quitarse de encima ciertos parásitos llamados humanos
Contacto: Planeta Marte
No son necesarias referencias
De momento había evitado que los asteroides postulasen para el anuncio, pero no sabía hasta cuando podría mantenerlos alejados. Sabía que en algún momento, algún meteorito volvería a impactar contra la Tierra y entonces podría arreglar todos los entuertos de los humanos, empezando de cero por primera vez en miles de años.