Star Wars – Un ángel

Cuentos - microrelatos

—¿Eres un ángel?—preguntó la voz de un niño a su espalda.

Padmé se giró sorprendida y curiosa por esa pregunta.

—¿Un ángel? He oído hablar de ellos a los pilotos del espacio profundo. Son las criaturas más hermosas del universo. Viven en las lunas de Iego, creo

Aquel era un niño divertido que le acababa de sacar su primera sonrisa desde que la Federación de Comercio había empezado con el bloqueo y la invasión a Naboo. La niña reina continuó con la conversación, tratando de ser amable con el chico. Era un piloto de toda la vida, un comentario aún más divertido debido a la juventud del pequeño. Pero esa conversación se torció cuando mencionó que su madre y él habían sido vendidos y que su amo les perdió. ¿Todavía quedaban esclavos en la galaxia?

—¿Eres un esclavo?

—Soy una persona y mi nombre es Anakin.

Claro que era una persona, un niño simpático y alegre que acababa de alejarla por un instante de su triste realidad, de su necesidad de encontrar las piezas necesarias para la nave, y del tiempo que estaban perdiendo antes de llegar a Coruscant.

Se disculpó, ese lugar era ciertamente muy extraño, no era como Naboo ni como ningún otro planeta en el que hubiera estado. Nada de lo que había aprendido la había preparado para aterrizar en Tattoine. Por fortuna Jar-Jar encendió un pequeño robot que empezó a desmontar la pequeña tienda. Divirtiendo a ambos y olvidando el tema de los esclavos.

Qui-Gon volvió enseguida con el ceño fruncido y sin las piezas. Padme se despidió de Anakin contenta de haberle conocido.

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