Cuento corto: Robin, un pajarito herido

Cuentos - microrelatos

Robin no conseguía volar bien con la flecha clavada en el ala pero no podía detener su vuelo o el cazador le lograría dar caza. Debía volar lo más lejos posible. Sin embargo no lograba alejar los ladridos de los perros que acompañaban al cazador.

Robin volaba cada vez más bajo cuando atisbó un pozo en la lejanía y vio en él su salvación. Haciendo acopio de todas sus fuerzas, Robin volvió a alzar el vuelo todo lo que pudo mientras mantenía la vista fija en el pozo. Voló y voló a pesar del daño en su ala herida y cuando ya estaba cerca, se lanzó en picado al pozo y se escondió en uno de los agujeros que había entre los ladrillos.

Los perros le alcanzaron y se pusieron a ladrar al pozo, avisando al cazador de donde se encontraba su presa. Al llegar y ver el pozo, el cazador desistió de su presa, pues pensó erróneamente que Robin se había caído al agua.

Robin se quedó un rato más escondido entre los ladrillos asegurándose que no había ningún peligro cuando quisiera salir. Esperó mientras esperaba que le remitiera el dolor. Pero el dolor lacerante de la flecha no remitía y pensó, con tristeza, que se quedaría atrapado en el pozo.

Al anochecer, la cuerda del pozo empezó a moverse y Robin vio su oportunidad de salir cuando un cubo repleto de agua empezó a subir. El pajarillo saltó al asa del cubo, agarrándose con sus patitas.

La sorpresa de la niña que estaba subiendo el cubo fue mayúscula pero al ver la herida de Robin, tomó al pajarillo entre sus manos y se lo guardó en su delantal mientras recogía el balde de agua. Al llegar a la cabaña, la pequeña le sacó la flecha y le vendó el ala, mientras daba a Robin de comer. Por fin, el dolor del ala remitía y Robin estaba en una casita caliente y seco para descansar.

Los días que siguieron, Robin fue recuperándose y engordando un poco con la comida que le daba la niña, lo cual agradecía ya que en invierno era difícil encontrar comida. Pasaron los días, y Robin completamente recuperado, aprovechó que abrían una ventana para volver al bosque, a su casita en el árbol que tanto le gustaba.


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