Él solo estaba observando el planeta Urano con el telescopio del observatorio cuando una sombra se cruzó por un instante en su lente. Trabajó hasta tarde anotando observaciones y descubrimientos propios. Cuando recogía, oyó mucho ruido, un grito y algo caer. Corrió hacia el lugar justo a tiempo para ver a un pequeño demonio negro reírse y huir. Se acercó a su compañero que había muerto.
En el juicio nadie le creyó y fue encerrado en la cárcel donde, por suerte, aún podía observar el cielo nocturno desde su ventana enrejada.
Escrito para el espacio de “Escribir jugando” del blog de Lídia correspondiente a la propuesta del mes de octubre
Una dura historia la que nos presentas, Do. Tu personaje injustament encarcelado se conforma con poder ver el cielo nocturno.
Muchas gracias por tu aporte al desafío de este mes. Un abrazo 💜
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Hola, Lídia, Es que decir que fue un demonio de Urano sería una locura. Le encerrarían en el manicomio. Por eso al menos se contenta con ver el cielo. Saludos
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Hola Dolores.
Tu propuesta podría entrar en el reto de este mes de El Tintero de Oro: injusticias. Aunque también en un reto sobre la locura, porque eso de decir que lo mató un demonio que vino de Urano… ¡Ya me dirás!
Un abrazo. Marlen.
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Hola, Pues este mes no he mirado el reto del Tintero de Oro, es que a veces son demasiado largos y no los hago… Es verdad que tiene algo de locura, pero ¿quién no está loco? Saludos
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Hola Dolores
Es lo que tienen los demonios,que no dejan rastro. Con esa explicacion , en el juicio no creo que tuviera muchas oportunidades.
Me ha gustado como conservando los ingredientes lo has derivado a a un genero policiacojudicial
abrazoo
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Hola, Gabiliante, Es lo que pasó. Todos pensaron que estaba loco, aunque no entiendo por que no le encerraron en un psiquiátrico… Saludos,
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