Ojalá el mundo entero fuera una prolongación de este lugar. Un sitio donde humanidad y naturaleza viven en armonía, dónde es fácil encontrar a los pequeños animales que se han visto obligados a huir de lo que en otro tiempo fue su hogar. No hay riñas, hay seguridad y camarería, ayudándose unos a otros.
Descubrir este lugar es un privilegio y un placer. Hay que cuidarlo entre todos, hacer un llamamiento a la sociedad para que lo conozca y siga su ejemplo pues es lo bueno y bello lo que debemos imitar, por qué es lo que nos llevará a un futuro digno de legar a nuestros hijos y nietos.