La gran muralla

Cuando era niño mis vecinos construyeron una gran muralla para separar ambas casas. Cuando se lo pregunté a mis padres se sorprendieron pues ellos no veían una gran muralla. No sé como podían estar tan ciegos. Cada día la muralla era más grande y pronto rodeó toda la casa. Tenía miedo de lo que podía esconderse ahí pues siempre oía ruidos extraños que mis padres no escuchaban. Y crecí con miedo de esa muralla, de esa casa y de esos extraños vecinos.

Un día, cuando ya iba al instituto, llegó una chica que se sentó a mi lado y a la que ayudé a conocer el colegio, a los profesores… Ese día la acompañé a casa y vi como se paró en la casa de mis vecinos. Armándome de valor la acompañé hasta la puerta de su casa. Entonces vi que no había nada siniestro en la casa, lo único que había era muchos muebles de madera que su padre tallaba.

Qué ridículo había hecho todos esos años delante de mis padres. Al fijarme esa muralla ya no era tan amenzante ni grande. Sin embargo, ¿de dónde había salido aquella chica? Resulta que era la hija de mi vecino que había vivido con su madre pero ahora iba a vivir con su padre.

A partir de entonces, acudí muchas veces a ver a mi vecina y siempre ibamos juntos al instituto. Nos hicimos buenos amigos, pero nunca le conté el miedo que me daba la casa de su padre.

La gran muralla

Texto para participar en el reto MICRORRETOS: ¡DE CINE! Publicado en la web El tintero de oro. Se trata de escribir un micro de 250 palabras como máximo, inspirado en el título de una película.

40 comentarios sobre “La gran muralla

  1. ¡Hola, Do.lobera! Sin duda que las murallas más recias son aquellas que nos creamos a nosotros mismos con ladrillos de temores y prejuicios. Muros que solo con el conocimiento y la apertura de mente podemos derribar, como el muchacho de tu estupendo micro. Un abrazo!

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  2. ¿Qué tal Dolobera? Un micro interesante. Es cierto lo que dice el compañero David sobre las barreras mentales, pero también es cierto que los niños ven, o parecen ver cosas que los adultos no percibimos. Si la casa le parecía amenazadora por algo sería, por fortuna, su amiga-vecina derribó los muros.
    Un cordial saludo.

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    1. Hola Isabel, gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo por lo dicho por David, hay muchas cosas que juegan a favor de esos miedos. Pero está muy bien acabarlos por superar y más si alguien te lleva de la mano. Un saludo.

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  3. Hola. Do. La imaginación de los niños acrecenta sus temores, así una simple tapia puede parecer una muralla infranqueable. Con el tiempo ese miedo acaba formando parte de él y hasta que no se enfrente a ello no lo superará. Bueno, tú si lo has conseguido y el protagonista de tu micro superó su miedo y además haciendo amigos 😁👍🏼
    Saludos 🖐🏼

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    1. Hola JM. Si, es increíble cómo es la mente de un niño. Recuerdo bosques cuando solo eran parques o cuestas empinadas cuando solo eran rampas insignificantes. Luego cuando creces y lo vuelves a ver da risa y si es un miedo y lo superas es aún mejor. Un saludo ☺️

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  4. Hola, Dolobera. El miedo y las inseguridades son una constante en nuestra infancia, modelan nuestro carácter y en la mayoría de los casos nos ayudan a madurar como personas. Un relato muy interesante para esta propuesta del amigo David. Muy bien escrito.
    Un saludo.

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  5. Muy buen micro!! Los miedos de la niñez…muchas veces tienen una razón; que hoy mismo no podemos explicar…el nivel de consciencia que tenemos a esa edad no nos da una lógica explicación, seguramente porque nuestras capacidades cognitivas se están desarrollando. También a veces las viejas amenazas como “el come que si no viene el cuco”; “o va a venir el hombre de la bolsa y te lleva”, alienta la imaginación fluida de un niño, produciéndole un trastorno que perdurará en algunos casos, de por vida. Un cordial saludo.

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  6. Hola, Dolobera!! creo que es la primera vez que participas en el Tintero. Me ha parecido genial tu historia. Que bien describes esas “barreras psicológicas” esos miedos, a veces creados, otras veces influenciados por los adultos. La familia tampoco hizo mucho por conocer a los vecinos; el protagonista se hubiera dado cuenta que no había ninguna barrera, tuvo que ser la niña la que le enseñara su casa. Por otro lado, los niños crean sus propias fantasías, por soledad o aislamiento. Me gustó mucho. Un abrazote.

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    1. Hola, pues la verdad es que es la segunda vez que participó en el Tintero. La primera vez fue con el punto jonbar. Gracias por el halago. Bien podría ser que los padres no hicieran nada y que el vecino fuera un poco asocial, eso y la imaginación del niño hicieron el resto. Saludo ☺️

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  7. Hola, Dolobera. Ya se dijo más arriba que la peor muralla es la de los prejuicios. Coincido. Pero también es cierto que la mirada de un niño ve las cosas más grandes e imponentes de lo que son. Me ha pasado volver a un lugar que no visitaba desde niña y darme cuenta de que no era tan grande como lo recordaba. Muy bueno.
    Un abrazo

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  8. Hola, Dolobera. Me ha gustado el relato en el que el miedo es el protagonista. Es curioso, aún superándolo de la mano de su nueva amiga, no se atreve a contárselo. Hay algo que lo cohíbe. Una nueva prueba a superar con el paso del tiempo. Buen micro.

    Un abrazo.

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  9. Hola dolobera, tu micro me ha parecido muy interesante, tiene forma y mucho fondo para hurgar.

    Por un lado nos muestras como se aprecian las cosas desde el punto de vista de los niños, si son mas grandes que el niño tienden a infundir temor. En este caso el temor hubiera pasado pronto si sus padres hubieran sido más comunicativos con el niño, y prestado más atención a sus comentarios, advirtiendo que solo era una hilera de árboles en crecimiento y que los ruidos son parte de la cotidianidad de cada hogar.
    Es increíble cómo afecta la comunicación y el trato familiar en la crianza y el desarrollo cognitivo y emocional, cuando en lugar de explicaciones amables y de ternura solo encontramos indiferencia o apenas un, «no es nada»…

    Diría que el mayor protagonismo de tu relato es la imaginación del niño, fomentada por su desconocimiento y por el miedo que este acarrea. Y fijate como nos vamos creando un sentimiento de culpa o de vergüenza al pensar, una que hizo el ridículo con sus padres, y otra al no atreverse a contárselo a la niña, por temor quizás a ofenderla y perder su amistad, o que se riera de él y lo tildara de miedoso. De esa manera es que nos vamos acostumbrando a guardar asuntos sin resolver y a ir acumulando temores y vergüenzas injustificadas.

    Como ves, se le puede sacar mucho jugo a tu micro, incluso se presta para una buena sesión psicológica, haciendo que el paciente analice todo el contenido visible y el oculto.

    Felicidades por tu micro, sencillo en apariencia, pero complicado y rico en profundidad. La película, a juzgar por el poster parece epica. Felices dias.

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  10. Hola, Dolobera. Me ha gustado la simbología de la muralla en la vida de un niño ante los temores. Y mira tú que, al final, liga con la chica de al lado y desapareció la muralla. Me ha gustado. Un abrazo.

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