
A la pequeña Susie le encanta leer. Libro, revista o bolsa de patatilla que cae en sus manos acaba leído por la niña. Ya conoce los ingredientes de todo lo que come, también sabe los compuestos químicos del champú y los productos de limpieza que usa su madre. Pero sobre todo ha descubierto decenas de mundos, conocido a cientos de personajes y vivido mil y una aventura.
Hoy es su cumpleaños y está muy entusiasmada porque espera que le regalen nuevos libros para leer. Y es que Susie ya se ha leído todos los libros de la casa. Pero sobre todo desea comprarse un nuevo libro que ha visto un libro en la librería. Seguro que su abuela le da algo de dinerito y se podrá comprar esa historia.
Sus expectativas se cumplen y recibe tres nuevos libros de una saga de cuentos infantiles «Los príncipes del bosque». Está entusiasmada ansiaba leer las aventuras de Ander, Carbón y Sombra en el bosque encantado. Su abuela como cada año le da algo de dinero y ya la avisa donde lo va a invertir. Por supuesto en su fiesta de cumpleaños come mucho pastel, salta, baila y ríe con sus amigos y primos. Al llegar la noche empieza a leer uno de los cuentos durmiéndose en apenas unos minutos.
Se despierta temprano, desayuna se viste y pide a su mamá ir juntas a comprar su regalo de cumpleaños. Salen de casa y van al centro comercial, pero Susie le dice que no, que ella quiere ir a la librería del barrio. La tienda le encanta con todos los libros apilados en las estanterías de madera, por sus dos pisos y sobre todo por el dependiente que siempre sabe aconsejarla. Su madre suspira y van hacía allí.
Al entrar Susie va a mirar los nuevos libros infantiles que han llegado aunque por supuesto no le quita la vista de encima a ese libro que desea comprar. Su madre deja que mire y remire los libros mientras aprovecha para buscar alguna lectura para ella misma, algún libro tutorial o un nuevo libro de cocina. Hay muchas posibilidades.
Tras más de media hora por fin pasan por caja y ambas salen alegres con más libros de los que pensaban comprar. Se despiden del dependiente y prometen volver a buscar más libros o al menos solo para mirar mientras dejan volar la imaginación en esa librería sin igual que en ningún centro comercial se puede encontrar.
Buenos días, Dolores.
Has retratado al niño que fui y al que todavía queda por aquí adentro.
Toda mi gente sabe que el regalo que más feliz me hace es un libro. Aunque alguno se empeñe en cambiar, porque «siempre te regalo lo mismo». No sabe lo que dice.
Me ha hecho gracias lo de la lectura del champú, me ha recordado aquellos tiempos en que no existía el móvil e iba al cuarto de baño sin nada que leer. XD
Me encantó el relato. La pequeña Susie se convertirá en una grandísima reina de los libros. Su pasión es la librería, ¡qué preciosidad!
Un abrazo.
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Hola JascNet, muchas gracias por tu comentario. Yo también soy del club de los libros y leía y releía los textos de las etiquetas que había por el baño. Ahora mismo no tengo demasiado tiempo para leer pero lo intento. Seguro que Susie tendrá mejor suerte. Saludos
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